Los libros son uno de los bienes materiales más preciados para un lector, con ayuda de estos habrá superado un sinfín de dificultades con solo haberse perdido dentro de sus páginas.
Si tú mismo eres un amante de los libros sabrás que nunca se tienen demasiados libros, en tu biblioteca siempre habrá libros desgastados por haberlos leído más de una vez, aquellos libros que compraste, pero que nunca has abierto y por supuesto, tus favoritos que ocupan un lugar especial.
Además de llevarte a parajes inesperados alrededor del mundo, son al mismo tiempo un adorno muy especial para cualquier salón de la casa. A las personas les gusta deleitarse con su biblioteca personal, mostrarles a las demás personas su perfecta y cuidada colección de libros,
Si bien es cierto que los libros electrónicos han ido ganando terreno sobre los libros en papel, estos últimos aún son los predilectos de muchas personas, muchos incluso opinan que nunca se podrá comparar la sensación de un libro en papel con uno en digital.
Pero para tener el derecho a presumirlos, debes primero tenerlos limpios, conservados y preservados. Esto es realmente muy simple, solo debes seguir estos prácticos consejos que pondremos a tu disposición.
Consejos para conservar y preservar los libros
1. Espacio para guardarlos
Generalmente el espacio utilizado para colocar los libros en una biblioteca hecha de madera, o en su defecto, cualquier repisa que se encuentre libre y sea lo suficientemente grande para poder ponerlos allí.
Sin embargo, es de suma importancia que los libros no estén apretujados unos contra otros, deben tener suficiente espacio como para que circule el aire entre y detrás de ellos, con el fin de evitar que se acumule la humedad.
Así mismo, debes tener cuidado de no empujarlos hasta el fondo de la biblioteca o pegarlos a la pared, ya que esto podría causar que se acumule la humedad o que sus hojas se tornen de color amarillo.
Los libros se deben acomodar por orden de tamaño y no por color o saga, como es la preferencia de algunos. Esto con el fin de que se puedan apoyar unos contra otros sin doblarse o expandirse.
2. Atención con el grosor de los estantes.
Un libro de 300 páginas puede llegar a pesar en promedio 500 gramos, multiplicado por 10 libros que es el aproximado de libros que caben dentro de una repisa, resultaría en un total de 5 kilos por repisa.
Esto quiere decir, que la repisa debe ser lo suficiente gruesa para sostener el peso de todos estos libros sin doblarse o quebrarse. De igual modo, no se recomienda que las repisas sean más largas de 90 centímetros.
3. Guardarlos en un lugar con temperatura ambiente.
Los libros son unos objetos de gran delicadeza, por ende deben tratarse con cuidado. Ellos son especialmente susceptibles a la temperatura del ambiente, lo que quiere decir que deben guardarse en un lugar donde no haya cambios abruptos de temperatura.
El aire a su alrededor debe estar equilibrado, no debe ser muy húmedo ni muy frío, es aconsejable colocar tu biblioteca en la sala o dormitorio, para poder controlar mejor la temperatura.
La humedad es mortal para los libros, si se mojan les aparecerán manchas y hongos, situaciones que son muy difíciles de remediar, al igual que podrían contagiar a los demás libros que se encuentran a su helado.
4. Cuídalos de la luz directa del sol.
Una alargada exposición a los rayos solares hará que la cubierta del libro pierda sus colores vibrantes y se decolore, sus páginas se secarán y se adquirirán un tono amarillento, y posiblemente la tinta de sus páginas perderá intensidad.
Debido a esto, se recomienda no situar las estanterías de libros cerca de ventanas, a menos que estas tengan persianas o cortinas que eviten la entrada directa de la luz solar.
5. En invierno aportar calor.
Durante los meses de invierno se aconseja instalar calefacción en las habitaciones donde se encuentran los libros con el propósito de evitar la formación de moho y el nacimiento de piojos de los libros.
Estos son insectos milimétricos que nacen en las hojas de los libros, por ello, es necesario revisar cada cierto tiempo los libros para revisar que no tengan insectos. Si, lamentablemente, han llegado los piojos a tu biblioteca, debes acudir a un especialista si quieres recuperarlos, porque el daño puede ser peor si se tratan de manera equivocada.
6. Limpiar el polvo.
El polvo puede ser perjudicial para los libros, sin mencionar tus pulmones, pero afortunadamente esto es muy sencillo de remediar, solo necesitas pasar la aspiradora o el plumero por lo menos una vez al mes.
Que una capa de polvo cubra los libros es más común si la estantería está situada en una habitación donde haya mucho movimiento, por ejemplo el comedor o sala de estar, por el contario si se ubica en una oficina o un cuarto de huéspedes esto no será tan frecuente.
Es necesario hacer una limpieza más profunda, mínimo una vez al año, con esto queremos decir, sacar los libros de la biblioteca y limpiarlos uno por uno, así como también a la biblioteca.
Para esto es necesario sacarlos afuera al patio o balcón y pasar un paño ligeramente humedecido por su portada, contraportada, lomo y por los bordes de sus páginas. De igual forma, limpiar la biblioteca para quitar el polvo, telarañas y cualquier insecto que pueda estar anidándose allí.
Otra opción es pasar las páginas de los libros con rapidez, abriéndolo y usando el dedo pulgar, como si se le diera un vistazo rápido al contenido. De esta manera, cada página se separa la una de la otra y las partículas que tenga adheridas a sus uniones se caerán.
Como recomendación, es buena idea colocar una hoja de papel entre las dos tapas, haciendo que la parte superior quede cubierta, de esta forma el polvo cae encima del papel y no llega al interior del libro. Cuando hagas la limpieza anual es necesario reemplazar el papel por uno nuevo.
7. No alteres la integridad física del libro.
Hay un sinnúmero de actos que una gran parte de los lectores realizan y que se pueden considerar como actos vandálicos, ya que estos pueden afectar la integridad de un libro. En orden de conservar tus libros en perfecto estado, evita realizar estos actos:
- Subrayar frases que te parezcan interesantes.
- Escribir notas en los márgenes de las hojas.
- Arrancar hojas porque odias lo que dicen o porque te encantan.
- Doblar las esquinas de las hojas para marcar el lugar donde quedó la lectura.
- Utilizar marcadores inadecuados, como flores, objetos gruesos, etc.
- Marcarlo con post-its, ya que pueden dañar el papel y decolorar la tinta.
- Usarlos para afianzar mesas o sillones.
- Utilizarlos como posavasos.
8. Evita el uso de cinta adhesiva.
Si una parte de tu libro se rompe debes evitar a toda costa usar cinta adhesiva para tratar de enmendarlo, ya que esta cinta es sensible a la presión y con el tiempo puede causar un mayor daño a tus libros. Igualmente las notas adhesivas y las pegatinas.
9. Siempre utiliza marcadores planos.
Al doblar la esquina de una hoja de un libro se causa un daño irreparable, a la par que utilizar un objeto grande entre las páginas como separador puede dañar el lomo y sus hojas. Es mejor utilizar un marcador plano para marcar la página que estás leyendo.
10. No dejes el libro bocabajo.
Así mismo, es común optar por dejar el libro bocabajo mientras se busca un marcador, o se va a hacer algo rápidamente, pero esto es totalmente desaconsejable, pues esto podría dañar el lomo, hojas o tapas del libro.
11. Nunca abras un libro por completo.
Muchas personas fuerzan sus libros al abrirlos a 180 grados para que queden planos sobre la mesa, pero claramente, esta no es la posición más idónea para conservar su encuadernación.
Lo mejor es abrirlo respetando el ángulo de apertura que la cubierta te permita, cuidando de no forzarla. Se recomienda abrirlos a un máximo de 90 grados, aunque sea incómodo para leer, lo importante es el bienestar del libro.
12. Mantén comidas y bebidas lejos de los libros.
Un buen libro te atrapa en su trama desde la primera página, cuando esto sucede se convierte en una adicción y no puedes dejar de leer ni un minuto, por eso comienzas a leer en todas partes, en el transporte público, en el baño, en los viajes, incluso mientras preparas la comida y luego comes.
Si tú eres una de las personas que suele hacer esto, debes dejar de hacerlo ahora mismo. Las manchas de grasa que puedes ocasionar en sus páginas son casi imposibles de remediar.
Eso sin tener en cuenta los líquidos o restos de comida que puedan quedar atrapadas entre sus páginas, debido a esto es mejor para tus libros que evites comer y beber mientras estás leyendo.
De igual forma, lávate las manos al acabar de comer si planeas volver a retomar la lectura, de esta manera se evita que posibles restos de grasa o comida lleguen a las páginas de tu libro.
13. Agentes dañinos.
Hay muchos factores que afectan perjudicialmente a los libros, entre ellos se encuentran los hongos, bichos, humedad, etc. Por suerte, son cosas afecciones que se pueden remediar de forma casera.
Para erradicar los hongos es tan simple como exponer el libro afectado a un baño de sol durante unas horas y limpiarlo muy bien para sacar las esporas, esto último debe ser al aire libre, de preferencia con guantes y un cubrebocas.
Para matar los bichos, se mete el libro afectado en una bolsa con cierre hermético y se deja en el congelador durante la noche. Al día siguiente se deja fuera de la nevera para que se descongele. Repite el tratamiento las veces que sea necesario en caso de que haya huevos.
Para evitar la aparición de bichos en tus libros, puedes espantarlos utilizando hierbas aromáticas secas como albahaca, menta, laurel, eucalipto, lavanda u otras, que vas a colocar dentro de una bolsa de tela y la vas a ubicar en tu biblioteca.
Si le salen manchas de humedad a tus libros puedes espolvorear talco al libro afectado, dejarlo toda la noche con el talco en él y, al día siguiente limpiarlo con un cepillo de dientes suavemente.
14. Cuidado al sacarlo del estante.
Si bien es mucho más sencillo sacar un libro del estante tomándolo por la parte superior del lomo, esto es contraproducente, pues con el paso del tiempo se puede agrietar o romper.
En su lugar, se aconseja sacarlo sujetándolo por el medio del lomo, de ser necesario mueve hacia delante o atrás los libros que están a su lado para poder sacarlo sin hacerle daño a ningún libro.
15. Ten mucho cuidado cuando saques los libros fuera de casa.
Un libro se disfruta en cualquier momento y lugar, por ello usualmente acompañan a su dueño a donde sea que vaya. Pero al transportarlos en un bolso o mochila pueden sufrir daños como rasguños, manchas o el maltrato en sus hojas.
Para prevenir estos daños te recomendamos comprar o hacer una funda que cubra a tu libro para que este regrese a casa sano, salvo y sin ningún tipo de daño.
Así mismo, se pueden presentar lluvias repentinas y mojar el bolso donde lleves tu libro, causándole un gran daño. Para prevenir esta situación, lo mejor es que lo guardes en una bolsa con cierre hermético y adelantarte a las adversidades climatológicas.
Por otra parte, muchas veces parce una buena idea sentarse bajo la sombra de un árbol y perderse en las páginas de un libro, pero esto puede acarrear consecuencias. Los árboles usualmente, segregan sustancias pegajosas que pueden dañar las páginas del libro.
16. Compra una cubierta protectora para tu libro.
Las fundas protectoras se consiguen en línea o en librerías, generalmente son transparentes y están hechas de material para archivos. Estas se ponen alrededor de todo el libro y deben cubrirlo sin tener que usar algún accesorio.
17. Pon de nuevo el libro en su sitio.
Este consejo es muy importante, pues muchas veces se deja olvidado en un sofá o mesa y queda a disposición del resto de los habitantes de la casa, incluidas las mascotas, quienes quizás no lo vayan a tratar con el mismo cuidado que tú lo harías y puedan dañarlo.
Debido a esto, es mejor que te asegures de guardarlo nuevamente en la estantería una vez acabes de leerlo, pero teniendo cuidado de no apretujarlo o a los demás para no causar daños en sus hojas.
18. Contrata a un experto para arreglar un libro más antiguo y valioso.
Quizás tengas en tu biblioteca un libro raro, de primera edición, una antigüedad considerable, autografiado por el autor o simplemente uno con un alto valor emocional para ti, pero se encuentra en un delicado estado físico.
Para arreglarlo lo mejor es que acudas a una biblioteca cercana y pedirle al bibliotecario que te recomiende a un conservador que pueda restaurarlo. Quizás hasta te deje un buen precio por recomendación del bibliotecario.
19. Sé sabio al prestar tus libros.
La mayoría de las veces préstamos de buena fe un libro a algún conocido, la mitad del tiempo no lo devuelven y la otra mitad del tiempo lo devuelven dañado. Algo que más que causar malestar por el costo del mismo, causa gran dolor por lo que el libro significa emocionalmente.
Basándonos en esto, lo mejor es prestar tus libros solamente a aquellas personas de tu entera confianza, quienes sean también ávidos lectores y los cuiden tanto como tú lo harías.
20. Considera donar algunos de tus libros.
Seguramente tu biblioteca es algo de admirar, pero la verdad es que pocas veces se relee un libro y ni hablemos de leerlo tres veces. Es por esto que nuestro consejo final es que consideres donar algunos de tus libros. La biblioteca local o un amigo cercano seguro te lo agradecerá, al igual que tus libros que podrán seguir siendo leídos.
Con estos sencillos y fáciles consejos tendrás una de las bibliotecas mejores cuidadas y preservadas. También, es importante que le demuestres al resto de personas que viven contigo lo que los libros significan para ti, así que deben ser cuidados y respetados.
Si quieres conocer más información acerca de cómo cuidar tus libros o encontrar una nueva adición para tu biblioteca, te recomendamos que leas las demás publicaciones de esta página web.